Piense en el tendón de Aquiles como un amortiguador para su cuerpo al correr, ayudando a su pie a moverse con la demanda del peso corporal y la actividad. Cuanto mayor sea la velocidad de la carrera, mayor será la fuerza desarrollada, hasta cinco veces el peso del cuerpo. El Aquiles frena el descenso del talón a medida que el peso del cuerpo fuerza la carga a través del tendón mientras los músculos de la pantorrilla se contraen.

La rotura se produce cuando la demanda supera la capacidad de adaptación del tejido. En el caso del Aquiles, esto se conoce como tendinitis.

Cuando las fibras del tendón de Aquiles se sobrecargan, pueden desprenderse, liberando sustancias químicas que dan lugar a la inflamación. Cuando todas estas fibras fallan, el tendón de Aquiles se rompe y deja de funcionar.

¿Qué causa una lesión del tendón de Aquiles en los corredores?

  • Sobreentrenamiento. Aumentar el kilometraje con demasiada rapidez o cargar excesivamente el tendón con un entrenamiento de alta intensidad al realizar sesiones de intervalos o sprints.
  • Cambio de calzado. El cambio de tipo de calzado para correr puede repercutir en la forma de correr, como por ejemplo cuando se cambia a un calzado minimalista desde una plataforma con más apoyo.
  • Cambiar de superficie para correr. Pasar de un pavimento duro a un sendero forestal puede crear diferentes factores de estrés para sus músculos.
Tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles es la extensión de tejido blando que cubre los músculos de la pantorrilla, el gastrocnemio y el sóleo; consta de fibras que forman su estructura.

¿Cuáles son los signos y síntomas de una lesión de Aquiles para los corredores?

  • Rigidez.
  • Dolor al empujar caminando o corriendo.
  • Dolor al aplicar presión con los dedos.
  • Los síntomas disminuyen tras el calentamiento.
  • Los síntomas aumentan al día siguiente de la actividad agravante, como una carrera larga o de alta intensidad.

Cuándo buscar atención médica para una lesión del tendón de Aquiles

Es importante buscar atención médica cuando note dolor y los síntomas no mejoren. Los factores de estrés continuados pueden agravar las fibras del tendón, hacer que se acumulen sustancias químicas, aumentar la inflamación e irritar las terminaciones nerviosas; todo ello puede afectar significativamente a la carrera tanto a corto como a largo plazo.

El tendón de Aquiles inicia la curación depositando tejido cicatricial para reparar el daño. Sin embargo, el tejido cicatricial no es tan fuerte como el tejido original del tendón. Cuando se aplica fuerza a un tendón de Aquiles con tejido cicatricial, las terminaciones nerviosas producen un dolor adicional.

Después de que la inflamación se haya disipado, el tendón debe fortalecerse. Por lo general, esto se realiza mejor bajo la supervisión de un profesional sanitario, como un fisioterapeuta familiarizado con las lesiones del tendón de Aquiles.

Cómo prevenir y proteger el tendón de Aquiles

  • Estiramientos. Desarrolle una rutina antes y después de correr, dedicando tiempo a los estiramientos.
    Consejo: Pruebe a elevar los talones y a estirar las pantorrillas.
  • Entrenamiento cruzado. Varíe su rutina añadiendo actividades como el entrenamiento de fuerza, el yoga o la natación. El entrenamiento cruzado puede aumentar las áreas de la aptitud física para correr, como la flexibilidad, el equilibrio, la movilidad y la fuerza.
    Consejo: Pruebe este entrenamiento rápido y de alta intensidad, sin necesidad de ser miembro ni pagar nada.
  • Recuperación. La recuperación adecuada después de carreras largas o de alta intensidad es esencial para sus músculos. Cuando no permites un tiempo de recuperación adecuado, los tejidos se romperán más rápido de lo que tu cuerpo puede recuperarse.
    Consejo: Planifica días fáciles después de carreras largas o entrenamientos de alta intensidad.
  • Aumente el kilometraje gradualmente. Aumente gradualmente el kilometraje y la intensidad del entrenamiento para adaptarse a las nuevas tensiones.
    Consejo: Aumente el kilometraje o la intensidad del entrenamiento en no más del 5 por ciento de su nivel de entrenamiento cada semana.
  • Seleccione un calzado adecuado. Deje tiempo para adaptarse a las nuevas zapatillas y superficies. Una reducción temporal del kilometraje permitirá una adaptación gradual sin descarrilar su entrenamiento.
    Consejo: No utilice su carrera larga para probar un par de zapatos nuevos.

Corre feliz, corre inteligente, corre sin lesiones.

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