Este estudio exploró los patrones de la conducción bajo los efectos de las drogas en Nueva Zelanda investigando 1) las percepciones de los conductores sobre el deterioro causado por las drogas legales e ilegales 2) las contramedidas empleadas por los conductores cuando están bajo los efectos de las drogas (por ejemplo, la decisión de no conducir) 3) las actitudes de los conductores sobre la aplicación de la policía a la conducción bajo los efectos de las drogas y 4) los factores que predicen la probabilidad de participar en la conducción bajo los efectos de las drogas. Los participantes (n = 434) eran conductores con licencia que completaron un cuestionario en línea. Los resultados del cuestionario indicaron que los conductores consideraron que los alucinógenos y los opiáceos eran las drogas ilegales que producían el mayor nivel de deterioro en la conducción y el cannabis el menor. En cuanto a las drogas legales, los sedantes fueron calificados como los que producen el mayor deterioro de la conducción y los anti-náuseas y los anti-depresivos los más bajos. El historial de consumo de drogas de los encuestados influyó en sus valoraciones de deterioro en el caso de los ansiolíticos, los antidepresivos, el kava, los sedantes, el cannabis y los alucinógenos, de forma que los consumidores de drogas informaron de mayores valoraciones de deterioro que los no consumidores. Los consumidores de alcohol (73,6%), de cannabis (57,0%), de analgésicos fuertes (42,5%) y de antidepresivos (10,0%) declararon haber tomado la decisión de no conducir después de haber tomado drogas. Los encuestados que declararon haber conducido bajo los efectos del alcohol eran 3,26 veces más propensos a declarar haber conducido bajo los efectos de las drogas que los que declararon no haber conducido bajo los efectos del alcohol. Los encuestados también mostraron una mayor aceptación hacia la conducción bajo la influencia de drogas legales (43,5%) en comparación con las drogas ilegales (10,3%). Los que no tenían actitudes favorables hacia la conducción bajo los efectos de las drogas eran menos propensos a declarar haber conducido bajo sus efectos. Los conductores de esta muestra eran menos conscientes de los posibles efectos negativos de las drogas legales en la conducción en comparación con las drogas ilegales. Más de la mitad de los encuestados de este estudio reconocieron que la conducción bajo los efectos de las drogas es un problema de seguridad vial al que hay que dedicar más recursos.