El cristalino, junto con la córnea, se encarga de refractar la luz sobre la retina. Las fibras zonulares unen el cristalino al cuerpo ciliar, que mantiene la posición del cristalino y determina su grado de acomodación. Las condiciones patológicas del cristalino incluyen las cataratas, el desplazamiento del cristalino y la afaquia. Las cataratas, en las que los procesos degenerativos relacionados con la edad conducen a la opacidad del cristalino, son la enfermedad más común del mismo. La ectopia lentis, un desplazamiento del cristalino, puede estar causada por enfermedades oculares, traumatismos o afecciones sistémicas. Mientras que un cristalino parcialmente desplazado (subluxación) implica poca o ninguna pérdida de agudeza visual, el desplazamiento completo del cristalino (luxación) provoca una grave deficiencia visual. La subluxación es común en individuos con síndrome de Marfan y homocistinuria. El tratamiento de un cristalino desplazado implica la corrección refractiva y/o la extracción quirúrgica del cristalino. La afaquia es la ausencia del cristalino, que puede ser congénita o secundaria a un traumatismo o a una intervención quirúrgica (por ejemplo, cirugía de cataratas). Las características clínicas son la mala agudeza visual y la pérdida total de la acomodación visual. El tratamiento consiste en la corrección refractiva con gafas afáquicas, lentes de contacto o cirugía.

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