La participación de MGA podría resultar crucial tanto para la economía guineana como para la biodiversidad local, informa Africa Intelligence.
El proyecto de explotación a cielo abierto se encuentra en las montañas guineanas de Nimba, clasificadas como reserva natural estricta en 1944 y luego como Patrimonio de la Humanidad en 1981-82 por albergar especies amenazadas y endémicas a nivel mundial.
El límite de la reserva natural estricta y del Sitio del Patrimonio Mundial se modificó en 1993 para excluir un área en forma de ojo de cerradura para permitir la minería en el área del proyecto propuesto.
La empresa HPX, con sede en Vancouver, adquirió el depósito de mineral de hierro en septiembre de 2019. Según un informe de 2015 del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), Nimba alberga aproximadamente mil millones de toneladas de mineral de hierro de alta calidad.
HPX está realizando actualmente estudios que espera que permitan una producción de hasta 20 millones de toneladas anuales.
Problema de rieles
Guinea también alberga el famoso proyecto Simandou, por el que Río Tinto, Vale y la multimillonaria BSG Resources del multimillonario Beny Steinmetz lucharon durante años. Sin embargo, el país de África Occidental nunca ha exportado una tonelada, ya que carece de infraestructuras para transportar el mineral a los puertos locales.
En octubre, Guinea y Liberia firmaron un acuerdo para permitir que varias minas guineanas, incluido el proyecto Nimba, exporten a través de los puertos liberianos.
La empresa de Friedland aún tiene que llegar a acuerdos con el gigante siderúrgico alemán ArcelorMittal, único concesionario ferroviario en Liberia, para que la empresa pueda utilizar sus infraestructuras.
Conservation International, una organización ecologista con sede en Estados Unidos, trabaja actualmente con ArcelorMittal para asegurarse de que las comunidades locales compartan los beneficios económicos de las actividades mineras y también estén capacitadas para proteger los recursos naturales de los que dependen.
Friedland hizo su fortuna con el proyecto de níquel de Voisey’s Bay, en Canadá, en la década de 1990. Desde entonces, ha participado en algunos de los mayores descubrimientos minerales del mundo, como la gigantesca mina de cobre Oyu Tolgoi en Mongolia y el proyecto Kamoa-Kakula en la República Democrática del Congo.
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