Los estudiantes suelen ser capaces de memorizar los conceptos de fiabilidad y validez. Sin embargo, a menudo no comprenden realmente el significado de estos conceptos y, en consecuencia, los confunden. Esta breve ilustración ayuda a dar paso a una discusión de los conceptos que les permite comprender el significado de la fiabilidad y la validez.
Después de señalar que los alumnos han leído sobre la fiabilidad y la validez para
la clase de ese día, pido voluntarios para explicar la diferencia entre ellas.
Después de repasar las definiciones correctas (dadas por los voluntarios o
con ayuda de otras personas de la clase) señalo que los alumnos suelen confundir estos conceptos y que les daré un ejemplo para ayudar a ilustrar ambos
conceptos.
A continuación, explico que, al igual que muchas personas, no me entra la ropa como
lo hacía antes. Parece que mi ropa ha ido encogiendo. Esto se ha convertido en un problema especialmente durante el último año. En ese momento, saco una báscula de baño y la coloco en el suelo, donde todo el mundo puede verla. Me subo a la báscula y digo: «Cada mañana me subo a mi báscula, miro hacia abajo y veo que peso ___libras». (Insertar humor en la charla siempre es útil, así que suelo ponerme la mano sobre la boca cada vez que repito mi peso y murmuro la cantidad para que no se oiga). Continúo diciendo: «Esta báscula de baño es un instrumento de medición. Al igual que los cuestionarios que has leído en el libro, mide algo, en este caso sólo una variable: el peso. Este instrumento de medición en particular es fiable. Cuando se aplica a la misma situación, produce el mismo resultado. Así, cuando me suba a la báscula mañana, seguiré pesando kilos. (Suponiendo que no haya perdido o ganado peso en las veinticuatro horas transcurridas desde la última vez que me subí a la báscula). Sin embargo, esta báscula no es un instrumento de medición válido. No da una medida real de la variable que pretende medir».
En este punto me bajo de la báscula, la recojo y juego con el dial que
permite ajustar el peso en la báscula. Continúo diciendo: «Debido a que mi ropa ha ido encogiendo (y mi peso es ahora más alto de lo que me gustaría), la semana pasada utilicé este pequeño dial para que la báscula marcara dos kilos menos. ¿Alguien ha hecho eso alguna vez? Por lo tanto, esta báscula sigue siendo una medida fiable. Sin embargo, no es una medida válida. Tras esta breve ilustración, me dirijo a toda la clase y les pido ejemplos de datos de ciencias sociales en los que una medida puede ser fiable, pero no válida. Siempre estoy preparado con algunos ejemplos propios para respaldar las ilustraciones de la clase. Una ilustración especialmente útil: En un cuestionario se puede preguntar a un padre cuántas veces ha pegado a su hijo en la última semana. Las respuestas serían probablemente bastante fiables: respuestas consistentes de 0. Sin embargo, podrían no ser válidas.