Se cree que el tsunami del Día del Boxeo de 2004 es el más mortífero de la historia, ya que mató a más de 230.000 personas en 14 países.
Empezó a las 7:59 de la mañana, hora local, del 26 de diciembre de 2004, cuando un terremoto de 9.Los científicos dicen que el terremoto fue el tercero más grande jamás registrado, que duró hasta 10 minutos y que hizo que la Tierra vibrara hasta un centímetro.
También desplazó unos 30 kilómetros cúbicos de agua, desatando un tsunami masivo a través del Océano Índico.
A los 15 minutos del terremoto, las olas comenzaron a golpear las costas del norte de Sumatra y las islas Nicobar.
Se registraron olas de hasta 30 metros cuando el tsunami arrasó Aceh, la región más afectada de Indonesia.
Alrededor de dos horas después del terremoto, las olas llegaron a Sri Lanka, India y Tailandia.
Una hora más tarde llegaron a las Maldivas, y -más de siete horas después del terremoto inicial- el tsunami se observó en Mauricio y a lo largo de la costa oriental de África.
Sus efectos fueron vistos tan lejos como la Antártida y América del Norte.
Indonesia fue la nación más afectada por el tsunami, con al menos 168.000 personas muertas cuando las paredes de agua se estrellaron contra la isla de Nias y la provincia de Aceh, que se encuentra en el extremo norte de Sumatra.
En Sri Lanka murieron 35.000 personas, mientras que en India murieron 18.000 y en Tailandia 8.000.
También murieron cientos de personas en África.
Miles de viajeros extranjeros murieron en la catástrofe, entre ellos 26 australianos, todos menos dos de los cuales murieron en Tailandia.
A raíz de la catástrofe, la comunidad internacional prometió más de 14.000 millones de dólares en ayuda.
El Primer Ministro, John Howard, prometió 1.000 millones de dólares a lo largo de cinco años para reconstruir las zonas de Indonesia afectadas por el tsunami, en lo que constituye «la mayor contribución de ayuda jamás realizada por Australia».
El gobierno también prometió ayuda a otros países afectados, mientras que donantes públicos y empresariales aportaron cientos de millones de dólares a los damnificados.