El aceite de menta es un remedio herbal muy venerado que se utiliza para el tratamiento de problemas respiratorios, indigestión, dolores de cabeza, náuseas, síndrome del intestino irritable e infecciones del tracto urinario. También contiene una importante cantidad de nutrientes, como vitamina A y C, hierro, magnesio, potasio y calcio. Aunque el aceite de menta es muy beneficioso y no es tóxico, algunas personas pueden experimentar una reacción alérgica y ardor de estómago. Si experimenta efectos adversos mientras toma esta hierba, deje de usarla y hable con un médico.
Reacción alérgica al aceite de menta
El aceite de menta puede aplicarse sobre la piel o tomarse por vía oral en una cápsula. Se cree que una reacción alérgica al aceite de menta es causada por el alfa-pineno, el limoneno y el felandreno. Estas sustancias naturales son reconocidas como extrañas y peligrosas por el sistema inmunitario y desencadenan la hipersensibilidad. El sistema inmunitario activa y recluta células inmunitarias como los basófilos y los mastocitos, y provoca la liberación de histamina en el torrente sanguíneo y en la superficie de la piel. La histamina es un importante mediador inmunitario que provoca inflamación y da lugar a una amplia gama de síntomas alérgicos, desde náuseas hasta vómitos y ardor de estómago.
Síntomas cutáneos alérgicos
El aceite de menta debe utilizarse con precaución y diluirse con otro aceite, ya que puede provocar una reacción cutánea alérgica. Cuando el aceite de menta se aplica directamente sobre la piel, puede provocar una reacción de hipersensibilidad en la piel y la liberación de histamina por parte de las células de la piel. La histamina dilata y aumenta la permeabilidad de los capilares sanguíneos de la capa superior de la piel, y permite que los fluidos se filtren en la piel. Es frecuente el enrojecimiento, la inflamación y la hinchazón de la zona de la piel expuesta a la menta. La liberación de histamina en la piel puede provocar urticaria. Estas ronchas se caracterizan por ser lesiones que pican y se hinchan con un centro pálido. Estas ronchas suelen aparecer en las 24 horas siguientes a la exposición, y pueden implicar la inflamación de las capas más profundas de la piel. La dermatitis alérgica de contacto es otro tipo de reacción cutánea causada por el aceite de menta. La dermatitis alérgica de contacto se caracteriza por el picor, el enrojecimiento y la inflamación de la zona expuesta. También es posible que se produzcan lesiones o ampollas que pierden fluidos y acaban formando costras, dejando la piel en carne viva, gruesa y escamosa.
Síntomas respiratorios alérgicos
La ingestión de aceite de menta puede desencadenar una reacción alérgica, seguida de la activación e infiltración de células inmunitarias en el tracto respiratorio superior. Se observan síntomas asmáticos como sibilancias, estrechamiento de las vías respiratorias y dificultad para respirar cuando se utiliza el aceite de menta en el pecho, o cerca de la nariz. El aceite de menta también puede irritar la cavidad nasal, provocando la inflamación de los senos paranasales. La congestión nasal, los estornudos, la presión en los senos, el goteo postnasal, el dolor facial y el goteo nasal son el resultado de esta irritación nasal. La ingestión de aceite de menta puede provocar el cierre de la garganta, el estrechamiento de las vías respiratorias, el aumento de la resistencia al flujo de aire y el deterioro de la respiración. La liberación de histamina por parte de los mastocitos y los basófilos provoca la inflamación de las vías respiratorias superiores y el deterioro del intercambio de gases en los pulmones. Como resultado, también se observan sibilancias, falta de aire, tos y problemas para respirar. Si experimenta alguno de estos síntomas, busque atención médica inmediata.
Otros síntomas alérgicos
La ingestión de aceite de menta puede dar lugar a una reacción alérgica que se manifiesta en el sistema digestivo. La liberación de histamina en el torrente sanguíneo provoca irritación e inflamación del revestimiento del estómago. Como resultado de esta irritación, las reacciones alérgicas que se observan con frecuencia son calambres estomacales, diarrea, náuseas y vómitos. Grandes dosis de aceite de menta pueden provocar reacciones alérgicas graves, como mareos, disminución del ritmo cardíaco, dolor de cabeza, ardor anal, temblores musculares, debilidad muscular, convulsiones y daños cerebrales. En casos graves puede observarse anafilaxia. Se requiere atención médica inmediata si experimenta mareos, hinchazón de la lengua, los labios y la cara, disminución del ritmo cardíaco o pérdida de conciencia.