El sesgo de recuerdo puede producirse siempre que se intente recoger datos retrospectivamente. La memoria humana es imperfecta. Algunos acontecimientos tienen más probabilidades de ser recordados que otros; algunos se recuerdan incorrectamente; otros se olvidan por completo. Por ejemplo, cuando presumo de mi juego de golf, me resulta más fácil recordar una excelente ronda de golf reciente y tiendo a olvidar las (más numerosas) malas rondas.
El sesgo de recuerdo es especialmente problemático cuando es probable que el resultado de interés influya en la memoria. Por ejemplo, un paciente con cáncer puede recordar más exposiciones en su vida que considera «tóxicas», pero se olvida de las muchas otras experiencias vitales que podrían haber contribuido realmente a su diagnóstico. Del mismo modo, es más probable que un paciente con cáncer recuerde su visita a una (aburrida) central nuclear que una persona sin cáncer.
Aunque el foco de atención suele estar en el paciente como fuente de sesgo, el sesgo de recuerdo también puede ser provocado por el investigador. Los investigadores no cegados pueden hacer a ciertos pacientes la misma pregunta varias veces, o de varias formas diferentes, si esperan una respuesta específica.
El sesgo de recuerdo es especialmente problemático en los ensayos que se basan en la autoinformación, como algunos estudios de casos y controles y de cohortes retrospectivos.
El cegamiento y la recogida prospectiva de datos son herramientas importantes para evitar el sesgo de recuerdo.
El sesgo de recuerdo es un tipo de sesgo de medición. El sesgo de recuerdo también se denomina a veces sesgo de respuesta o sesgo de información.
Este artículo forma parte de una serie de artículos sobre el sesgo en la investigación médica. Puede encontrar todo el catálogo de sesgos aquí.