Las servidumbres juegan un papel vital en la vida de todos. Las personas atraviesan diariamente servidumbres concedidas, dedicadas o condenadas para derechos de paso públicos. Además, la gente utiliza constantemente la energía transportada a lo largo de las servidumbres de tuberías y servicios públicos. En las zonas rurales, muchas extensiones de terreno no servidas por vías públicas quedarían prácticamente sin valor si no fuera por las servidumbres privadas que atraviesan las propiedades vecinas.
Una servidumbre se define como un derecho, privilegio o ventaja sobre un bien inmueble, que existe de forma distinta a la propiedad del terreno. En otras palabras, las servidumbres consisten en un interés (o patrimonio) sobre un bien inmueble que no constituye la plena propiedad. Lo más habitual es que una servidumbre implique el derecho de una persona (o del público) a utilizar el terreno de otra de una manera determinada.
Las servidumbres no deben confundirse con las licencias. Una licencia es simplemente un permiso otorgado a un individuo para realizar algún acto o actos en el terreno de otro. No da lugar a un interés en la tierra como lo hacen las servidumbres. Las licencias no necesitan estar por escrito para ser efectivas y generalmente son revocables en cualquier momento. Las entradas para espectáculos o eventos deportivos son un buen ejemplo de licencias.
Esta publicación explica dos grandes categorías de servidumbres: las privadas y las públicas. Las servidumbres privadas son aquellas en las que el disfrute y el uso están restringidos a uno o pocos individuos. Las servidumbres públicas son aquellas en las que los derechos de disfrute y uso recaen en el público en general o en toda una comunidad.