medwireNews: La manía unipolar (UM) es un subtipo distinto de trastorno bipolar I que, cuando se acompaña de trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), puede predecir la transición al trastorno bipolar clásico, afirman investigadores estadounidenses.

«El trastorno de ansiedad comórbido está estrechamente relacionado con una mala evolución clínica del trastorno bipolar», señalan Andrew Nierenberg, de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (Massachusetts), y sus colegas, en Depresión y Ansiedad.

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Entre los 1411 pacientes del National Epidemiological Survey on Alcohol and Related Conditions (NESARC) cuyos datos se incluyeron en el estudio actual, el 34% experimentó un episodio maníaco durante los 3 años de seguimiento. Sin embargo, la prevalencia de UM fue baja según cada una de las tres definiciones de UM utilizadas, con un 7,2% para el grupo 1 (al menos tres episodios maníacos y sin depresión en más de 5 años de enfermedad), un 6,9% para el grupo 2 (al menos cuatro episodios maníacos y sin depresión en 4 o más años de enfermedad) y un 5,0% para el grupo 3 (al menos tres episodios afectivos mayores en 10 años de enfermedad).

Independientemente de la definición utilizada, los pacientes con UM tenían una probabilidad significativamente mayor de no ser blancos y de ser hombres, y presentaban tasas más bajas de trastorno de pánico, agorafobia sin trastorno de pánico, fobia social y trastorno de ansiedad generalizada, en comparación con sus homólogos con trastorno bipolar clásico, observa el equipo de investigación.

En un subgrupo de 1.172 participantes en el estudio que fueron entrevistados de nuevo tres años después del ingreso inicial en el estudio, los que padecían UM tenían una probabilidad significativamente menor de haber desarrollado episodios depresivos mayores que sus homólogos con trastorno bipolar clásico, con odds ratios (OR) que oscilaban entre 0,30 y 0,47 según la definición. En particular, el grupo con trastorno bipolar mayor tenía probabilidades similares de experimentar tales episodios que los individuos sin trastorno bipolar clásico ni trastorno bipolar mayor.

El riesgo de haber pasado al trastorno bipolar clásico entre el período inicial del estudio y la nueva entrevista 3 años más tarde se asoció significativamente con la presencia de TAG y TDAH comórbidos, y éstos aumentaron el riesgo aproximadamente al doble, informan Nierenberg y colaboradores.

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Sugieren, por tanto, que el TAG y el TDAH comórbidos podrían estar relacionados con una psicopatología más grave del trastorno bipolar, incluidos los episodios depresivos mayores.

«Se justifican más estudios para confirmar la definición de UM y explorar las diferencias biológicas subyacentes», concluyen.

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