La palabra salud viene del antiguo término inglés «hal» que significa entero o ileso. Para mí, el concepto de completo o ileso significa sentirse bien mentalmente/emocionalmente, espiritualmente y físicamente. También hay un importante componente de bienestar social que contribuye a la salud.
Todos estos componentes de la salud están entrelazados y pueden influirse mutuamente. Por ejemplo, si uno no se siente bien mental o emocionalmente puede afectar a su bienestar físico. La depresión y la ansiedad pueden provocar síntomas físicos como palpitaciones, fatiga, falta de aire, dolores de cabeza o malestar estomacal. Del mismo modo, si no te sientes bien físicamente, esto afecta a tu bienestar emocional y social. Debido a los síntomas/enfermedades físicas, puedes sentirte frustrado, deprimido, ansioso y sin esperanzas. El malestar físico y mental también puede hacer que la gente se distancie de la familia y los amigos, lo que conduce a la soledad y el aislamiento. Esta dimensión social de la salud es fundamental y no debe pasarse por alto. De hecho, la soledad y el aislamiento social se consideran factores de riesgo para algunas enfermedades.
Estar sano significa estar bien en todos los aspectos mencionados. Todos ellos están interconectados y se ven influidos por los entornos y las condiciones en las que viven las personas. Nuestro trabajo en el ICH está en consonancia con esta forma de pensar: nuestros proyectos abarcan diversos sectores y creemos que para crear personas, comunidades y sociedades sanas, debemos ir mucho más allá de lo físico y abordar todas las dimensiones y determinantes de la salud.