Con la edad se produce un mayor número de problemas de salud, incluida la demencia. No existe una forma segura de prevenir la demencia, pero los científicos han estudiado el papel que puede desempeñar la dieta. Se sabe que las personas que comen mucha fruta y verdura a lo largo de su vida tienen un menor riesgo de padecer demencia.
Los científicos han señalado una clase concreta de sustancias químicas que se encuentran en los alimentos vegetales, denominadas flavonoides, que pueden ser el agente «activo» que podría estar protegiendo el cerebro de los daños.
Una subclase de flavonoides denominada antocianidinas ha ido ganando atención por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Las antocianidinas abundan en las bayas y contribuyen a los brillantes colores rojo, azul y púrpura de estos alimentos.
Un reciente ensayo clínico analizó si una cantidad concentrada de antocianidinas puede dar un impulso a la función cerebral. En el estudio participaron 26 adultos sanos de entre 65 y 77 años.
A la mitad del grupo se le dio a beber zumo de arándanos concentrado cada día durante 12 semanas. El zumo equivalía a comer 230 gramos de arándanos enteros. La otra mitad bebió un placebo que tenía el mismo sabor, pero sin antocianidinas.
Después de 12 semanas, las personas que tomaron el suplemento de arándanos mostraron mejoras en la función cognitiva, en el flujo sanguíneo al cerebro y en la activación de áreas cerebrales relacionadas con la función cognitiva. También se observó una mejora en la memoria de trabajo.
Implicaciones
A pesar de tratarse de un estudio pequeño, los resultados encajan con la investigación más amplia de que los flavonoides pueden tener efectos beneficiosos en el funcionamiento del cerebro. La elección de una dieta rica en frutas y verduras, que incluya también algunas deliciosas bayas, puede contribuir a reducir el riesgo de deterioro de la función cerebral en la vejez.