En 2015, las ventas mundiales de música fueron de 15.000 millones de dólares (10.300 millones de libras). Sin embargo, solo las tres mayores empresas de juegos para móviles -Supercell, King y GungHo Online- ganaron 5.600 millones de dólares entre ellas, de un total estimado de 30.400 millones de dólares para el mercado global de juegos para móviles.
Britney Spears: American Dream es el último experimento para ver si la música puede sacar provecho de un mundo en el que mucha gente es más feliz gastando su renta disponible en Candy Crush Saga o Clash Royale que en música.
La empresa que está detrás del juego de Britney, Glu Mobile, tuvo un éxito decente con Kim Kardashian: Hollywood, y está intentando repetir el truco con los músicos: además de Spears, ha fichado a Katy Perry, Nicki Minaj y Taylor Swift.
¿El problema? El juego de Perry fue un fracaso de alto nivel, y Glu dijo públicamente que la falta de música real lo hacía menos atractivo para los fans. Esto se ha rectificado en el caso de Britney, pero sigue habiendo dudas sobre si el estrellato del pop se traduce en un lucrativo juego freemium.
American Dream -disponible para Android e iOS- resultará familiar a cualquiera que haya jugado al juego de Kim Kardashian. El argumento te lleva a intentar convertirte en una estrella, bajo la tutela de Spears, mientras te abres camino hasta la lista A. Por el camino grabas singles, grabas vídeos promocionales y te enfrentas a un archienemigo que se ve amenazado por tu ascenso.
El juego, por su parte, consiste básicamente en tocar círculos hasta que se te acabe la energía, esperar unas horas y luego tocar más círculos. De vez en cuando, también tocas para cerrar una ventana emergente que te anima a comprar ropa y accesorios virtuales a través de compras dentro de la aplicación.
Hay algunas funciones sociales ingeniosas, como votar los singles de los amigos para que suban en las listas de éxitos y formar un sello discográfico juntos, y la posibilidad de diseñar tu propia obra de arte musical. El juego también tiene algo de humor, burlándose de la industria musical y del mundo de las celebridades con algunos diálogos agudos dentro del juego.
Desde las letras que coinciden con los géneros elegidos para las canciones (cuando grababa mi single de trap-metal Becky With the Good Hair mi personaje entonaba frases como «Cloven hooves trodted the land») hasta el absurdo DJ de EDM Skwirl-X remezclando mi tema Brexit Music (For a Film) «con un solo de sintetizador propio en el medio», hay fragmentos que realmente hacen reír.
También hay algún momento extraño. En un momento dado, a mi personaje (masculino) se le da la opción de abofetear o besar a mi rival (femenino) en medio de una discusión, sin opciones alternativas. El hecho de que puedas nombrar las canciones de tu personaje -que luego se comparten con el mundo- podría dar a Glu algunos dolores de cabeza de moderación también.
También está la música: la versión completa de Oops! I Did It Again está incluida, junto con versiones instrumentales de Toxic, Baby One More Time y otros éxitos. También hay enlaces a los respectivos servicios de streaming de música de Apple y Google, lo que debería asegurar que ambos den al juego algo de promoción en sus tiendas de aplicaciones.
¿Será esto suficiente para que el juego sea un éxito lucrativo a largo plazo? Desde que su juego de las Kardashian tuvo éxito, la estrategia de Glu se ha basado en la suposición de que las celebridades con un gran seguimiento social pueden impulsar los éxitos de los juegos para móviles.
Funcionó con Kim, hasta cierto punto: su juego ha obtenido unos ingresos de casi 140 millones de dólares desde su lanzamiento en junio de 2014, pero para tener una perspectiva, los tres juegos de Supercell obtuvieron 191,7 millones de dólares al mes en 2015. No le funcionó a Katy Perry, a pesar de sus estadísticas sociales: 71,5 millones de fans en Facebook, 88,6 millones de seguidores en Twitter y 48 millones de seguidores en Instagram.
«No puedes convencerme de que 200 millones de seguidores sociales no podrían haber generado un juego número uno, si hubiéramos construido el juego correcto o un juego mejor», dijo el CEO de Glu, Niccolo de Masi, en febrero. Sin embargo, el otro gran juego para móviles de 2015, Love Rocks -una asociación entre Shakira y el fabricante de Angry Birds, Rovio, que dio lugar a un divertido juego de rompecabezas-, tampoco logró prender en las tiendas de aplicaciones.
Britney Spears: American Dream no es la última tirada de este dado en particular, ya que Glu sigue trabajando en sus títulos de Nicki Minaj y Taylor Swift, que pueden encajar aún más con el público de los juegos para móviles.
Spears ha vendido 100 millones de álbumes en su carrera, y en 2016 ha demostrado ser lo suficientemente atractiva en directo como para que la gente pague cientos de dólares por las entradas para ver su espectáculo en Las Vegas.
Aún así, persuadir a esos fans para que se gasten decenas de dólares en su juego para móviles -su moneda in-app «B-Gems» cuesta entre 3,99€ y 79,99€- podría ser un reto totalmente distinto.
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