Junta después de comer. Clase de cuatro. Seguir con el cierre. Todas estas palabras retumban en nuestros oídos y siempre sufrimos al preguntarnos ¿por qué da mal del puerco? ¡¿por qué, Diosito?!
Aunque no lo creas, el mal universal de todo godín y estudiante tiene una explicación y una razón de ser. Hay formas de disminuir su intensidad, pero forma parte del proceso digestivo natural del cuerpo.
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El fenómeno del mal del puerco
Es muy común relacionar al mal del puerco con la indigestión pero son cosas completamente diferentes.
La somnolencia postprandial -el nombre oficial del mal del puerco- es una situación que sucede cada vez que comemos ya sea en mayor o menor escala. Obviamente, la magnitud de la sensación dependerá de la cantidad y tipo de comida.
Hace mucho tiempo existía la teoría de que se concentraba toda la sangre en el proceso digestivo y que eso era lo que nos daba sueño.
Hoy en día son muchos los estudios (como esta explicación de la UNAM) que desmienten esto.
Lo que verdaderamente sucede en el cuerpo es que al comer se eleva nuestro nivel de glucosa en la sangre. Esto inhibe la actividad de las células.
Uno de los lugares donde más se ve reflejado es el hipotálamo, esa parte de nuestro cerebro que es responsable de crear todas las conductas, emociones y sensaciones corporales.
Con el aumento de glucosa se dejan de mandar neurotransmisores, por lo que nuestro cuerpo deja de estar en vigilia, es decir, baja los niveles de alerta.
Digamos que el cuerpo necesita tiempo para comenzar a hacer cosas con esa energía que acaba de recibir.
Por otro lado, más glucosa en el torrente sanguíneo aumenta la secreción de insulina, la cual necesita potasio para acarrear la glucosa a las células.
Este proceso genera que los niveles de potasio bajen en la sangre, provocando un estado llamado hipocalemia leve. Esto va a hacer que sientas fatiga, sueño, calambres y debilidad.
Indigestión y somnolencia
La mayoría de los gastroenterólogos recomiendan no ignorar el sueño del mal del puerco y sí tomar una siesta corta después de comer. No abuses, con 20 minutos es más que suficiente.
Sin embargo, hay una excepción a la regla: la indigestión. Al -intentar- dormir con indigestión, el proceso se hará más despacio y la sensación de sobre saciedad no disminuirá del todo.
El motivo por el que asociamos el mal del puerco con la indigestión es porque en ocasiones quizás comimos un poquito de más y nos da mucho más sueño.
La indigestión es esa situación que pasa en el cuerpo cuando se alenta el proceso de descomposición de alimentos en nuestro estómago. También puede darse cuando combinamos de ciertas formas la comida, fumamos o consumimos bebidas alcohólicas.
Muchas veces sucede como efecto de enfermedades como la colitis o las hernias (si te pasa frecuentemente y no comes en grandes cantidades, te recomendamos que visites a un médico).
Cuando te da somnolencia e indigestión de forma simultánea lo más recomendable es tomar un digestivo como infusiones florales.
Sí, sabemos que es cansado hasta pensar y coordinar; sin embargo, cuando comas de más y te dé indigestión procura mantener tu estado de alerta lo más activo posible. Una buena idea es tomar un café.
Los alimentos que nos causan mal del puerco
Ahora viene lo bueno. ¿Por qué los vegetales no nos dan tanto mal del puerco? ¿Qué tiene el atún en lata que no me siento pesado después de comerlo?
Todo tiene que ver con el nivel de azúcar en cada alimento.
Cuando consumimos cosas como pan estamos dándole al cuerpo una cantidad de carbohidratos que definitivamente van a aumentar considerablemente la cantidad de glucosa en la sangre.
Los cereales, papas y arroz tienen carbohidratos complejos que el cuerpo debe descomponer para poderlos digerir. Es un proceso extra del que sucede con las azúcares simples que se encuentran, por ejemplo, en las frutas.
Aunado a esto, si consumes carbohidratos complejos en exceso, el cuerpo deberá administrar la energía inmediata extra que producen sus azúcares (y almacenarlos para convertirlos en grasa).
Los alimentos con grasa (como la carne de res, lácteos o aceites) pasan por un proceso de digestión más largo. Además de desdoblarlos para obtener energía, el cuerpo trabaja en absorber los aminoácidos y demás propiedades. A eso debemos que nos caigan pesados.
Pescados, vegetales, comida con fibra o altos en agua no nos darán tanto mal del puerco. Esto es porque el nivel de azúcares, en proporción, no es tan representativo como otros alimentos.
Si quieres evitar el mal del puerco matador, te recomendamos que no mezcles alimentos altos en grasas o carbohidratos. Es decir, lácteos con carnes te mandarán a una siesta de la que difícilmente despertarás.
Te vamos a extrañar si queremos trabajar bien, torta de milanesa con queso amarillo.
Si al contrario decides comer alimentos de una forma equilibrada, tendrás menos batallas con el mal del puerco. Recuerda que todo depende de que tu dieta sea sana, completa, adecuada y balanceada.