El «desafío» es un término alternativo que define la palabra libros prohibidos. No hay criterios distintos y absolutos para prohibir un libro. De hecho, diferentes sociedades, naciones, comunidades, escuelas de pensamiento tienen sus principios para descartar la credibilidad de cualquier libro. En resumen, las razones para prohibir un libro son totalmente naturales. Por lo tanto, los libros prohibidos pueden tener un contenido que merezca la exposición de los lectores.

Los defensores de la libertad de expresión y del derecho a la información, desaconsejan activamente la prohibición de libros. Echemos un vistazo a algunas de las razones por las que se prohíben los libros antes de comprender por qué no debería haber tal prohibición.

¿Por qué se prohíben los libros?

Diferentes entidades pueden considerar la prohibición de los libros por las siguientes razones.

  1. Se prohíbe mantener en las bibliotecas escolares los libros con contenido sexual explícito. Se considera que dicho contenido no es apto para los niños de determinados grupos de edad.
  2. Los libros también pueden tener material que difunda discursos de odio e incite al lector a la violencia.
  3. Los libros de autores audaces pueden propagar una opinión que pueda herir los sentimientos de una comunidad, nación o grupo en particular.
  4. Los países pueden considerar la posibilidad de prohibir los libros que supongan una amenaza para la integridad y la soberanía nacionales.

Muchos libros comunes, como algunos de los más vendidos de todos los tiempos, también han sido objeto de prohibición.

Por qué no debería haber libros prohibidos

Todos los libros tienen algo en común: tienen una opinión. Prohibir un libro para un público determinado significa privar a los individuos de una idea. No se puede prohibir un libro simplemente porque su contenido sea controvertido. Para que las sociedades sean más civilizadas, los países tienen la constitución y las leyes relativas. Los libros no suponen una amenaza para una sociedad violenta, sino que contribuyen a crear una situación que impulsa a los legisladores a elaborar normas aptas para la humanidad. Prohibir un libro significa, no dejar que el mundo conozca un posible aspecto del mundo.

Prohibir los libros equivale a silenciar la disidencia

Los libros deberían estar libres de cualquier cadena, pues contienen ideas prolíficas, destinadas a cambiar el mundo. Muchas veces, los libros desvelan la amarga verdad que es inaceptable para la sociedad. Pero al fin y al cabo, son verdades y necesitan atención para abatir el sufrimiento causado por los mitos y las aflicciones predominantes. La vida humana en este planeta puede mejorar sólo si las personas no tienen miedo de conocer la verdad. De lo contrario, no pueden diagnosticar la enfermedad y empeorar el problema utilizando el tratamiento equivocado.

(Crédito – Gretchen Ortner)

Los libros prohibidos no se relacionan con la sociedad moderna

Vivimos en un mundo digital, donde silenciar la disidencia es casi imposible. Los libros prohibidos y cuestionados suelen tener material que está fácilmente disponible en Internet. Los padres pueden pedir a las bibliotecas de los colegios que retiren de sus estanterías un libro censurable. Pero, ¿cómo pueden asegurarse de que sus hijos no acceden al mismo material desde Internet, las redes sociales y otros recursos? Del mismo modo, los gobiernos que quieren que su pueblo crea en la «verdad parcial» sólo pueden hacerlo aumentando los libros prohibidos. Pero les resulta difícil prohibir el acceso a ese material amenazante en las redes sociales y otras plataformas digitales.

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