POR SOFO ARCHON
«La publicidad es el arte de convencer a la gente para que gaste un dinero que no tiene en algo que no necesita.» ~Will Rogers
La publicidad está desordenando tu vida, pero ¿eres consciente de ello?
La mayoría de la gente no lo es.
Verás, desde el día en que nacimos, los anuncios nos han bombardeado constantemente con sus mensajes, tanto que los hemos aceptado como una parte normal de la realidad.
Hemos sido condicionados a creer que no hay nada malo en ellos, así que nunca nos detenemos a considerar cómo nos están influenciando. Sin embargo, como vas a leer en este artículo, el impacto nocivo de la publicidad en el bienestar de nuestra felicidad es tremendo, y más vale que no lo pasemos por alto.
Entonces, ¿cuáles son exactamente los principales efectos negativos de la publicidad en la sociedad?
Averigüémoslo…
La publicidad nos hace sentir que no somos lo suficientemente buenos como somos.
Vivimos en un sistema económico tremendamente competitivo, en el que la gente tiene que ganar dinero para pagar las facturas y sobrevivir, y muchas veces recurren a técnicas de manipulación para conseguirlo -lo que puede verse claramente en la industria publicitaria.
Para venderte cosas, los anuncios primero te hacen sentir una mierda. ¿Cómo? Mostrándote lo que se supone que es la vida ideal, y luego haciendo que compares tu vida ordinaria con ella. Te hacen creer que no eres bello, inteligente, seguro de ti mismo, exitoso, etc., hasta que te convencen de que apestas por completo.
Una vez que te han hecho sentir emocionalmente inseguro, pueden manipularte fácilmente. Lo que nos lleva al segundo punto…
La publicidad nos hace asociar la felicidad con el consumismo.
Después de haber arruinado nuestra autoestima, los anuncios intentan engañarnos para que pensemos que sólo los productos y servicios pueden hacernos sentir bien. En otras palabras, los anuncios crean un problema y luego nos ofrecen la solución al mismo. ¿De qué se trata? Lo has adivinado: Comprar.
Una vez que te hacen sentir feo, te venden productos de belleza para mejorar tu fealdad. Una vez que te hacen creer que no eres importante, te venden ropa cara para atraer la atención de los demás sobre ti. Y así sucesivamente.
En resumen, los anuncios te prometen felicidad, siempre que gastes dinero a cambio. ¿El resultado? Consumir cosas que ni siquiera necesitas y contribuir a la destrucción de nuestro planeta (por la contaminación y la sobreextracción de recursos) por ello.
La publicidad nos hace pensar que todo lo que necesitamos está en venta.
Otro grave efecto nocivo de la publicidad es que nos da la impresión errónea de que todo lo que necesitamos se puede comprar y, por lo tanto, que el dinero debe ser nuestra medida del éxito y nuestro principal objetivo en la vida.
Sin ir de compras, los anuncios te dicen que no puedes vivir una vida exitosa o decente. Así, los anuncios están alimentando tu deseo de trabajar como un esclavo, sólo para que puedas gastar el dinero que tanto te ha costado ganar en cosas que al final te dejarán insatisfecho.
* *
Como puedes ver, los efectos negativos de la publicidad en la sociedad son enormes. La pregunta es: ¿qué podemos hacer al respecto?
En primer lugar, tenemos que darnos cuenta de que poseer más cosas de las que necesitamos no nos hará más felices. Eso es porque, aunque las cosas materiales son necesarias para satisfacer nuestras necesidades físicas básicas, no pueden satisfacer nuestra sed emocional de lo que realmente anhelamos: la conexión, la amistad, el amor, el juego y la creatividad.
En segundo lugar, tenemos que cambiar nuestro sistema económico desde sus cimientos para que no dependa del consumo cíclico y del crecimiento sin fin (en este sistema, el consumo es necesario para que el dinero siga fluyendo en el mercado y, por tanto, para mantener a la gente empleada).
Entonces, y sólo entonces, podremos vivir alineados con el mundo natural, así como dejar de correr tontamente detrás de las cosas que nos dejan tristes y vacíos, y en su lugar perseguir lo que realmente ayuda a darnos alegría y plenitud.
«La publicidad: la ciencia de detener la inteligencia humana el tiempo suficiente para obtener dinero de ella.» ~Stephen Leacock