Las lenguas en peligro de extinción han recibido una atención considerable en la última década, ya que se ha demostrado que la mayoría de las lenguas del mundo se enfrentan a una posible extinción en un futuro próximo. Se ha hecho un llamamiento a la comunidad académica para que se solidarice con las lenguas moribundas, porque estas lenguas son: 1) un recurso importante para todo el campo de la lingüística y los estudios lingüísticos, ya que muestran una gran variación del lenguaje humano que podría perderse, y 2) un recurso importante para sus comunidades de hablantes, ya que contienen formas características de hablar y organizar el conocimiento sobre el mundo que podrían perderse, y además simbolizan y representan directamente la lealtad y la solidaridad de la comunidad. La vida de nuestra lengua es un estudio de caso sobre el mantenimiento de la lengua, el cambio de lengua que conduce a su pérdida y los esfuerzos para su revitalización entre los mayas kaqchikeles que viven en el altiplano central de Guatemala.

La principal contribución de este libro es que documenta el proceso de pérdida de la lengua de un idioma que todavía tiene un número relativamente grande de hablantes. Las estimaciones de la población superan el medio millón de personas, lo que está muy lejos de las comunidades lingüísticas que sólo cuentan con una docena de hablantes de edad avanzada. No obstante, el kaqchikel muestra signos claros de cambio y pérdida de la lengua. El libro documenta tres pueblos kaqchikeles en diferentes etapas de cambio, y muestra cómo las diferentes historias locales han afectado a la lengua en cada zona. Sin embargo, todos parecen dirigirse hacia la pérdida definitiva de la lengua, y las tres áreas representan diferentes etapas históricas de cambio que todas las lenguas mayas parecen estar atravesando.

Sin embargo, la historia no termina con la documentación del cambio y la pérdida de la lengua. Los autores incluyen un capítulo sobre los esfuerzos de revitalización de la lengua que actualmente están en marcha en las comunidades kaqchikeles. Aunque es demasiado pronto para documentar cualquier cambio como resultado de estos esfuerzos, hay una fuerte sugerencia de que pueden estar a tiempo de contrarrestar la pérdida. Los autores se muestran siempre cautelosamente optimistas sobre el futuro del kaqchikel, a pesar de la abrumadora evidencia de que está sometido a una fuerte presión para pasar al español. La historia reciente de otras lenguas mayas en Guatemala demuestra que pueden tener razón: el cambio se ha invertido en algunas comunidades.

Este libro también ofrece una revisión realmente excelente de lo que ocurre en las situaciones de contacto lingüístico, una breve historia cultural del área maya y un relato muy personalizado y legible de las experiencias de contacto lingüístico de Wuqu’ Ajpub’. Esta es una de las principales virtudes; muestra muy claramente lo que puede ser la experiencia del contacto lingüístico y la marginación de la lengua, y hace un fuerte llamamiento al mantenimiento de la lengua desde el punto de vista de los hablantes.

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