¿Alguna vez has dado un regalo a alguien que no le gustó lo que le habías dado? ¿Cómo te sentiste cuando abrieron tu regalo y viste la mirada de decepción en su rostro? ¿Qué cara pusiste tú? ¿Era una cara de felicidad? (Sostén la cara feliz.) ¿Era una cara triste? (Levanta la cara triste.) ¿Era una cara de enfado? (Levanta la cara de enfado.) Otras personas a menudo pueden saber cómo nos sentimos por la expresión de nuestra cara.

Nuestra lección bíblica de hoy trata de dos hermanos llamados Caín y Abel. Eran los hijos de Adán y Eva. Caín era el hermano mayor y Abel era el hermano menor. Cuando crecieron, Caín se convirtió en agricultor y Abel en pastor.

Cuando llegó el momento de la cosecha, Caín llevó algunos de sus cultivos como regalo al Señor. Abel también trajo un regalo al Señor: el mejor cordero de su rebaño. El Señor aceptó el regalo de Abel, pero no aceptó el regalo de Caín. La Biblia no nos dice por qué el Señor no aceptó el regalo de Caín. Tal vez Caín no dio lo mejor que tenía. O tal vez su corazón no estaba bien con Dios. Pero cualquiera que sea la razón, el Señor no encontró aceptable el regalo de Caín.

¿Cómo crees que eso hizo sentir a Caín?

La Biblia nos dice que Caín estaba triste y enojado. (Levanten las caras de tristeza y enojo) El Señor echó una mirada al rostro de Caín y le preguntó: «¿Por qué estás tan enojado y por qué te ves abatido?». El Señor continuó diciendo: «Serás aceptado si haces lo correcto. Y si no haces lo correcto, el pecado está al acecho, listo para abalanzarse; ha salido a buscarte, tienes que dominarlo».

¿Crees que Caín tomó el control de su ira?

¡No, no lo hizo! La Biblia nos dice que un tiempo después, Caín le dijo a Abel: «Vamos al campo». Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató. La ira de Caín había tomado el control total de su vida.

Dios sabía lo que Caín había hecho y sabía que Caín debía ser castigado. «La sangre de tu hermano sigue en el suelo. Tu castigo es que nada de lo que plantes en la tierra crecerá. Sólo vagarás por la tierra buscando comida donde puedas»

¿Qué podemos aprender de la historia de Caín y Abel?

Podemos aprender que desobedecer a Dios trae problemas e infelicidad. (Levante la cara infeliz.) Pero si obedecemos a Dios, podemos ser felices mientras vivimos en esta tierra. (Levante la cara feliz.) También debemos notar que aunque Caín fue castigado por el mal que hizo, Dios todavía lo amaba y lo protegía. No permitió que otros dañaran a Caín.

Padre, queremos que nuestra vida sea aceptable para ti. Ayúdanos a dejar que tengas el control de nuestros pensamientos y acciones para que nuestros dones sean agradables a tus ojos. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

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