Lámpara de seguridad, dispositivo de iluminación utilizado en lugares, como las minas, en los que existe peligro de explosión de gas o polvo inflamable. A finales del siglo XVIII surgió en Inglaterra la demanda de una lámpara para mineros que no encendiera el gas metano (grisú), un peligro común de las minas de carbón inglesas. W. Reid Clanny, un médico irlandés, inventó hacia 1813 una lámpara en la que la llama alimentada por aceite estaba separada de la atmósfera por sellos de agua; requería un bombeo continuo para su funcionamiento. En 1815, el ingeniero inglés George Stephenson inventó una lámpara que mantenía los gases explosivos fuera por la presión del escape de la llama y la mantenía aspirando aire a gran velocidad. En 1815, Sir Humphry Davy inventó la lámpara que lleva su nombre. Davy utilizó una chimenea de gasa metálica de dos capas para rodear y confinar la llama y conducir el calor de la misma hacia fuera.
Las lámparas eléctricas de mano y de casco se introdujeron en las minas a principios del siglo XX y a mediados del mismo se utilizaban casi exclusivamente en las minas. Un dispositivo de seguridad en el cabezal de las lámparas eléctricas corta la corriente si se rompe una bombilla. Se pueden utilizar bombillas de doble filamento, de modo que la luz puede permanecer encendida cuando falla un filamento.
La llama de una lámpara de seguridad se alarga en presencia de grisú, pero las lámparas eléctricas no avisan de la presencia de gases nocivos o de la falta de oxígeno. En consecuencia, una lámpara de seguridad de llama debe mantenerse encendida a la vista de los trabajadores, o deben realizarse inspecciones frecuentes, utilizando una lámpara de llama u otra forma de dispositivo de advertencia.