Isabela de Baviera, también llamada Isabel, Isabeau francesa, o Élisabeth, de Bavière, (nacida en 1371 y fallecida en septiembre de 1435, en París), reina consorte de Carlos VI de Francia, que ejerció frecuentemente de regente debido a la periódica locura de su marido. Su acto político más grave fue la firma del Tratado de Troyes (21 de mayo de 1420), por el que se reconocía al rey Enrique V de Inglaterra como heredero de la corona francesa en lugar de su hijo Carlos (después Carlos VII), que iba a ser exiliado de Francia.
Hija de Esteban III, duque de Baviera-Ingolstadt, se casó con Carlos VI el 17 de julio de 1385. El primer ataque grave de locura de su marido (5 de agosto de 1392) le causó una gran angustia; durante años buscó remedios, tanto médicos como sobrenaturales. Dio a luz a seis hijos entre 1393 y 1403, pero, a medida que su enfermedad empeoraba, sus desaires (en ocasiones no la reconocía) la llevaron a una flagrante conducta sexual. Su cuñado, Luis, duque de Orleans, se convirtió en su compañero constante, aunque no se ha demostrado que fuera su amante. Tras el asesinato de Orleans (1407), se apoyó en Juan el Intrépido, duque de Borgoña, que la rescató del encarcelamiento de su hijo, el delfín Carlos (1417), y con ella estableció gobiernos, en Chartres y luego en Troyes, que rivalizaban con la administración de París.
Caprichosa e inexperta políticamente, Isabel vio cómo Juan el Intrépido la abandonaba con la intención de unirse al delfín Carlos contra los ingleses, que se preparaban para atacar París. Murió despreciada tanto por los franceses como por los ingleses.