Un poco de historia

La ciudad fue fundada antes de 1276 sobre la ley de Magdeburgo. En el ocaso de la Edad Media la ciudad ocupaba el territorio de unas pocas hectáreas y estaba habitada por unas 900 personas. La mayoría de ellos eran recién llegados de Europa Occidental y de la Baja Silesia. A lo largo de los siglos, la ciudad perteneció a varios países y fue gobernada por los polacos, los checos y los alemanes. Tras la Segunda Guerra Mundial, con toda la Alta Silesia, pasó a formar parte de Polonia. Entonces se asentaron en ella miles de habitantes procedentes de otras partes del país y de la antigua frontera oriental.

A pesar de los cambios de fortuna, la ciudad conservó su clara estructura arquitectónica y espacial desde la época de su fundación. Su punto central es una plaza de mercado cuadrada con el ayuntamiento. A partir de ahí discurren las calles del casco antiguo, creando un trazado accidentado de viviendas de alta densidad. Antaño, esta zona densamente desarrollada estaba limitada por las murallas de piedra de la ciudad con torres, mota y puertas – blancas (Bytom) y negras (Racibórz).

Un buen lugar para los negocios

En los últimos doce años, Gliwice se convirtió en una de las ciudades más innovadoras de la Alta Silesia. La buena ubicación de la ciudad, los atractivos terrenos de inversión, la rica infraestructura técnica y las perfectas soluciones de comunicación lo determinaron. La industria pesada tradicional y la minería de la hulla dieron paso a negocios y empresas que utilizan los logros más modernos y las altas tecnologías, reunidos, por ejemplo, en Nueva Gliwice.

Un papel clave en la creación de la nueva dirección del desarrollo de la ciudad centrada en la tecnología avanzada desempeñaron los logros de los científicos de la Universidad Tecnológica de Silesia y otras instituciones de investigación, incluidas las instalaciones de la Academia Polaca de Ciencias situadas en Gliwice. El poder económico de la ciudad viene determinado por la actividad empresarial de la subzona de Gliwice de la Zona Económica Especial de Katowice, en la que se han invertido 10.000 millones de zlotys.

Fuera del reloj

A los ciudadanos de Gliwice les gusta pasar su tiempo libre haciendo todo tipo de deportes y actividades recreativas. Todo ello es posible gracias a las amplias zonas verdes de la ciudad y a sus atractivas instalaciones deportivas y de ocio. Entre ellas: campos deportivos, estadios, pabellones deportivos, piscinas cubiertas y al aire libre, pistas de tenis, una pista de patinaje cubierta y un rocódromo. Casi en el centro, se encuentra la Casa Municipal de las Palmeras, donde se recogen varios miles de plantas tropicales.

Una amplia gama de opciones de actividades de ocio se complementa con una variada escena cultural. En Gliwice se celebran festivales de música, eventos al aire libre, exposiciones y representaciones teatrales. Está abierto el Arena Gliwice, uno de los mayores recintos deportivos y de ocio cubiertos de Polonia. En Gliwice es imposible aburrirse.

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