En el relato de Joan Didon, hay numerosos momentos en los que la autora tiene un acontecimiento claramente identificado. Uno de ellos es cuando la autora comienza con un interesante aunque ambiguo pasaje sobre una mujer llamada Estelle. Nombra el lugar y las personas implicadas. En otro párrafo, habla de su primer cuaderno, una tableta Big Five, y de la razón por la que su madre se lo regaló. Este pasaje describe lo que fue su primera anotación y la visión que hay detrás de ella.
Un escenario claramente descrito es cuando la autora utiliza detalles vívidos para describir la escena con Estelle: el lugar, las personas en la habitación y la conversación. También habla de cuando empezó a utilizar un cuaderno, una tableta de los Cinco Grandes. La autora también anota los lugares donde ve cosas. Por ejemplo, describe cómo estaba en el Hotel Beverly Hills y recuerda haber visto a la misma rubia del Hotel Beverly Hills en Saks Fifth Avenue con un abrigo de visón. Sin embargo, la escritura de la autora puede ser confusa ya que cambia constantemente de escenario.
Joan utiliza detalles vívidos a lo largo de su historia. Un pasaje que me pareció muy descriptivo es el de la mujer con el marido nacido la noche del hundimiento del Titanic. Joan describe el sol como «un sol de invierno de California». Continúa hablando con detalle de su resaca, del atropello de una serpiente negra, y lo remata con una interesante conversación de por qué la mujer dejó a su marido. Esos detalles incluyen «un pequeño bebé de siete meses» y «1.000 dólares al mes de alquiler».
La autora mantiene un punto de vista consistente a lo largo de la historia. El lector sabe que ella está hablando todo el tiempo ya que es la narradora. Juana mantiene un tono inquisitivo. Constantemente hace preguntas sobre por qué escribe notas y, mientras tanto, comparte y explica diferentes eventos que había registrado.
Joan hace varios puntos a lo largo de la historia sobre la escritura de notas. Dice que no escribe notas para mantener un registro fáctico. A menudo escribe notas que «algunos llamarían mentiras». En un momento dado, afirma que los cuadernos no sólo tienen que ver con otras personas, sino también con nosotros mismos. En conclusión, la autora menciona en los últimos párrafos que las notas sirven para mantenerse en contacto con todo, el pasado y el presente. «Y supongo que mantener el contacto es lo que hacen los cuadernos»
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