En 1992, el coste medio de una casa nueva en Estados Unidos era de 122.500 dólares, mientras que el estadounidense medio ganaba 30.030 dólares al año. Una hamburguesa con queso costaba 80 centavos, un galón de gasolina poco más de un dólar y un coche nuevo costaba casi diecisiete mil dólares. Nissan decidió entrar en el mercado con el Sentra SE-R de 140 caballos, que empezó costando 11.850 dólares, para convertirse en una berlina deportiva de 14.445 dólares a plena carga.
Aunque el Sentra de 1991 siguió produciéndose hasta 2016 en algunos mercados, el SE-R y su línea roja de 7.500 rpm es la única versión que merece la pena recordar. Por aquel entonces, el SR20DE de dos litros y 16 válvulas con doble árbol de levas era una novedad, y Nissan también incorporaba una caja de cambios de cinco velocidades con un diferencial de deslizamiento limitado, frenos de disco en las cuatro ruedas y una suspensión independiente MacPherson en todo el vehículo.
140 caballos de potencia, 132 lb.ft., y una velocidad hasta los sesenta en 7,5 segundos. El Nissan Sentra SE-R de 1992.