Se reconoce que los suplementos prohormonales (PS) no imparten efectos anabólicos o ergogénicos en los hombres, pero la investigación que apoya estas conclusiones es antigua. La Ley de Control de Esteroides Anabólicos se modificó en 2004 para clasificar la androstenediona y otros 17 compuestos anabólicos como sustancias controladas. No se ha evaluado la viabilidad de los PS que entraron en el mercado después de esa fecha. Diecisiete hombres con entrenamiento de resistencia (23 ± 1 años; 13,1 ± 1,5% de grasa corporal) fueron asignados aleatoriamente a recibir 330 mg/día de 3β-hidroxi-5α-androst-1-en-17-ona (Prohormone; n = 9) o azúcar (Placebo; n = 8) por os y a completar un programa estructurado de entrenamiento de resistencia de 4 semanas (16 sesiones). La composición corporal, la fuerza muscular, los lípidos circulantes y los marcadores de disfunción hepática y renal se evaluaron al inicio y al final del estudio. La prohormona aumentó la masa corporal magra en un 6,3 ± 1,2%, disminuyó la masa corporal grasa en un 24,6 ± 7,1%, y aumentó su máximo de una repetición de sentadilla y el total de la competición en un 14,3 ± 1,5 y 12,8 ± 1,1%, respectivamente. Estas mejoras superaron (P < 0,05) al placebo, que aumentó la masa corporal magra en un 0,5 ± 0,8%, redujo la masa corporal grasa en un 9,5 ± 3,6%, y aumentó el máximo de una repetición de sentadilla y el total de la competición en un 5,7 ± 1,7 y 5,9 ± 1,7%, respectivamente. Prohormona también experimentó múltiples efectos adversos. Estos incluyeron una reducción del 38,7 ± 4,0% en el HDL (P < 0,01), una elevación del 32,8 ± 15,05% en el LDL (P < 0,01), y elevaciones de 120,0 ± 22,6 y 77,4 ± 12,0% en las relaciones LDL-a-HDL y colesterol-a-HDL, respectivamente (ambas P < 0,01). La prohormona también mostró elevaciones de la creatinina sérica (19,6 ± 4,3%; P < 0,01) y de la transaminasa de aspartato (113,8 ± 61,1%; P = 0,05), así como reducciones de la albúmina sérica (5,1 ± 1,9%; P = 0,04), de la fosfatasa alcalina (16,4 ± 4,7%; P = 0,04) y de la tasa de filtración glomerular (18,0 ± 3,3%; P = 0,04). Ninguno de estos valores cambió (todos P > 0,05) en Placebo. El PS oral 3β-hidroxi-5α-androst-1-en-17-ona mejora la composición corporal y la fuerza muscular. Sin embargo, estos cambios tienen un coste importante. La salud cardiovascular y la función hepática se ven particularmente comprometidas. Teniendo en cuenta estos resultados, creemos que el daño asociado a esta PS en particular supera cualquier beneficio potencial.