Los deportes de los años 50 y 60 giraban en torno al atleta. Antes de que se cambiaran las reglas de un juego para adaptarlas a la televisión, antes de que los endosos de productos y antes de que los deportes amateurs fueran subvencionados, existía el atleta. Puros y sencillos, nos hacían querer ser mejores, luchar por la excelencia, alcanzar el éxito e intentar dar lo mejor de nosotros mismos.
Nombres como Jackie Robinson, Stan Musial, Jim Brown, Ben Hogan, Rocky Marciano y Sugar Ray Robinson pusieron el listón muy alto en los años cincuenta.
Pronto, en los años sesenta, siguieron sus pasos nuevos héroes deportivos como Mickey Mantle, Roger Maris y Sandy Koufax, que se convirtieron en palabras familiares y héroes nacionales. También surgieron otros nombres, como Wilma Rudolph, la chica a la que se le dijo que nunca caminaría y que se convirtió en la mujer más rápida del mundo. Cassius Clay, el autodenominado hombre más guapo del boxeo, o Wilt Chamberlain, el jugador de baloncesto con mayor puntuación hasta Michael Jordan, o Arnold Palmer, que fue nombrado «Atleta de la Década», lo que no estaba mal para un golfista.
Estos son sólo algunos de los nombres que nos hicieron aplaudir las victorias y llorar las derrotas, que unieron a la gente como espectadores y que los unieron para siempre en la amistad. Estos fueron los Héroes del Deporte de los años 50 y 60 y las siguientes páginas son una crónica de los altibajos del deporte en las respectivas décadas.

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