Daniel G. Nocera, cuyo nombre completo es Daniel George Nocera, (nacido el 3 de julio de 1957 en Winchester, Massachusetts, Estados Unidos.), químico inorgánico estadounidense conocido por inventar la primera «hoja artificial» práctica, un catalizador a base de silicio capaz de separar el hidrógeno y el oxígeno del agua en presencia de la luz solar.
Nocera se licenció en química por la Universidad de Rutgers en 1979 y se doctoró en química por el Instituto Tecnológico de California (Caltech) en 1984. Mientras trabajaba en Caltech en el laboratorio del químico inorgánico Harry Gray, estudió la transferencia de electrones en sistemas inorgánicos y en sistemas biológicos como las proteínas; estos estudios se consideran ahora como las primeras incursiones en el campo de la transferencia biológica de electrones. En 1984 Nocera comenzó a enseñar química en la Universidad Estatal de Michigan, y en 1997 se incorporó al cuerpo docente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Se trasladó a la Universidad de Harvard en 2012.
En 2007, Nocera y sus colegas del MIT anunciaron el desarrollo de un proceso que liberaba moléculas de hidrógeno y oxígeno en un recipiente de agua utilizando un catalizador a base de cobalto unido a un electrodo hecho de indio y estaño. Propusieron que el hidrógeno liberado pudiera capturarse y almacenarse en pilas de combustible para producir electricidad o mezclarse con dióxido de carbono para fabricar combustibles de hidrocarburos. Además, Nocera y sus colegas afirmaron que el proceso permitiría el desarrollo de una generación de energía distribuida a gran escala que no requeriría el funcionamiento de grandes instalaciones de energía eléctrica, ya que los dispositivos catalíticos podrían acoplarse a las residencias privadas en cualquier lugar. En 2008, Nocera fundó Sun Catalytix, una empresa encargada de suministrar energía distribuida a zonas del mundo en las que resulta caro producir electricidad con combustibles fósiles y otras tecnologías tradicionales; Sun Catalytix fue adquirida por Lockheed Martin en 2014.
En 2011 Nocera anunció el desarrollo de una hoja artificial (en realidad un electrodo y una oblea de silicio del tamaño de una tarjeta de juego que contenía un catalizador hecho de níquel y cobalto) que era hasta 10 veces más eficiente para llevar a cabo la fotosíntesis que una hoja de planta y era mucho más barato que los dispositivos anteriores, que utilizaban costosos catalizadores como el platino o el rutenio. Nocera afirmaba que su invento podía revolucionar la forma en que los seres humanos accedían a la energía. Argumentaba que las personas podrían alimentar sus hogares, automóviles y otros dispositivos con pilas de combustible e hidrocarburos generados por el gas hidrógeno capturado, que se liberaría al pasar el equivalente a un galón (algo menos de cuatro litros) de agua por día sobre dos catalizadores del tamaño de una puerta montados en el techo en presencia de la luz solar.
Nocera se convirtió en miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias en 2005. Entre los numerosos reconocimientos que ha recibido, en 2009 recibió el Premio de Ciencia y Tecnología de la Organización Intergubernamental de Energías Renovables de las Naciones Unidas por su contribución al desarrollo de las energías renovables.