La República de Costa Rica se independizó el 15 de septiembre de 1821, como resultado de la Guerra de Independencia de México que duró desde 1810 hasta 1821. Costa Rica nunca luchó por la independencia, pero Guatemala declaró la independencia de todos los países de Centroamérica en 1821. Sin embargo, Costa Rica ya era una provincia española autónoma tras adoptar la Constitución española de 1812, que el país aprobó por segunda vez en 1820. Hasta la fecha, los costarricenses celebran su Día de la Independencia el 15 de septiembre. Un reto inmediato para el país tras la independencia fue la necesidad de decidir si seguir siendo independiente o unirse al Imperio Mexicano. El desacuerdo dio lugar a la Guerra Civil de Costa Rica, que terminó en 1823 con la victoria del bando independentista y la creación de la capital, San José. En 1838, el país se retiró de la República Federal de Centroamérica y pasó a ser plenamente soberano.
Colonización española
En 1502, Cristóbal Colón bautizó la tierra como la costa rica y describió a sus habitantes como poseedores de bonitas joyas. Sin embargo, otras fuentes sostienen que Gil González Dávila fue el primero en utilizar el nombre en 1522 tras observar que los nativos tenían minerales. Las posteriores exploraciones españolas en la región establecieron la colonia en 1524 como parte de la Capitanía General de Guatemala dentro del Virreinato de Nueva España. La conquista española fue larga y tuvo tantas bajas que para el año 1611, factores como las enfermedades, la guerra, la explotación y el traslado, entre otros, habían reducido la población indígena de 120.000 habitantes en 1569 a sólo 10.000. La distancia de Costa Rica a la capital y su falta de recursos la hacían menos atractiva para los asentamientos y, por tanto, seguía siendo relativamente más pobre que otras colonias. La escasa población indígena también significaba que no había trabajadores forzados. Estos retos y otros hicieron que la corona española descuidara la colonia y la dejara funcionar de forma autónoma.
Crecimiento posterior a la independencia
A diferencia de sus vecinos, las circunstancias que rodearon la colonización en Costa Rica permitieron al país convertirse en una sociedad igualitaria. Cuando alcanzó la independencia, el país exportaba café, tabaco, azúcar y cacao, que siguieron siendo la principal fuente de ingresos hasta el siglo XX. La agricultura fue vital para la modernización inicial de Costa Rica. A principios del siglo XX, había suficientes redes de carreteras y un ferrocarril que permitían el comercio con los países vecinos y, finalmente, Costa Rica empezó a exportar café a Europa. Este comercio propició el surgimiento de los ricos caficultores llamados Barones del Café. El desarrollo y la construcción del ferrocarril atrajeron a los afrocostarricenses, que eran principalmente inmigrantes jamaicanos. Como el empresario estadounidense Minor C. Keith financió la construcción del ferrocarril, el gobierno costarricense le regaló grandes extensiones de tierra que utilizó para cultivar plátanos. Con el tiempo, el plátano superó al café como principal producto de exportación, lo que dio lugar a influyentes corporaciones de propiedad extranjera como la United Fruit Company, que no sólo tenía una participación en la economía, sino que también se convirtió en un símbolo de una economía de explotación impulsada por las exportaciones.
La Costa Rica de hoy
En el siglo XX, el país fue en gran medida pacífico en comparación con sus vecinos, aparte de algunos acontecimientos como la Guerra Civil de Costa Rica. Desde 1953, Costa Rica ha tenido catorce elecciones democráticas exitosas y una economía relativamente estable. Actualmente, la principal preocupación del país es la creciente deuda y el déficit presupuestario. El sector agrícola genera aproximadamente el 5,5% del PIB, mientras que los sectores de servicios e industria generan el 75,9% y el 18,6%, respectivamente. La agricultura, los servicios y la industria emplean al 12,9%, 69,02% y 18,7% de los residentes, respectivamente. Otros datos admirables de Costa Rica son su vivienda asequible, la calidad de la educación y la alta calidad de los servicios sanitarios en las instalaciones gubernamentales.