(1815-66)
Alianza de estados soberanos alemanes. En el Congreso de Viena (1815), los 38 estados alemanes formaron una agrupación flexible para protegerse de las ambiciones francesas. Austria y Prusia se encontraban en parte dentro y en parte fuera de la Confederación. El canciller austriaco Metternich fue el artífice de la Confederación y ejerció una influencia dominante en ella a través de la Dieta Federal de Frankfurt, cuyos miembros eran delegados instruidos de los gobiernos estatales. Como potencia rival de Austria en Alemania, Prusia intentó aumentar su influencia sobre los demás estados fundando una unión aduanera federal o Zollverein. En las revoluciones de 1848 se eligió una nueva asamblea constituyente en Fráncfort, que intentó establecer una monarquía constitucional alemana, pero en 1849 el emperador austriaco rechazó la corona de una Alemania unida porque aflojaría su autoridad en Hungría, mientras que el rey prusiano, Federico Guillermo IV, la rechazó porque la constitución era demasiado liberal. Se restauró la Confederación anterior a 1848, con Bismarck como uno de los delegados de Prusia. En 1866, Bismarck propuso la reorganización de la Confederación Alemana para excluir a Austria. Cuando Austria se opuso, Bismarck declaró disuelta la Confederación y entró en guerra contra Austria. En 1867, tras la victoria de Prusia sobre Austria en la Guerra Austro-Prusiana (1866), los 21 gobiernos secundarios por encima del río Meno se federaron en la Confederación del Norte de Alemania (Norddeutscher Bund), con capital en Berlín y liderazgo en Prusia. El poder ejecutivo recaía en una presidencia de acuerdo con los derechos hereditarios de los gobernantes de Prusia. La constitución de la federación fue un modelo para la del Segundo Imperio Alemán, que la sustituyó tras la derrota de Francia en la Guerra Franco-Prusiana (1871).