Es fácil establecer la autoridad paterna con niños pequeños que dependen de sus padres para los cuidados básicos.

El papel de padre se vuelve menos definido cuando el niño en cuestión es realmente un joven adulto. Criar a una mujer de 20 años que está empezando a encontrar su lugar en el mundo puede ser desalentador, pero si trata a su hija con respeto, establece límites y muestra mucho amor y compasión, usted y su hija deberían disfrutar de una relación saludable.

Vivir con hijos adultos jóvenes

La crianza de una hija de 20 años es especialmente complicada si viven bajo el mismo techo. Con el aumento de los costes de las matrículas post-secundarias y las dificultades del mercado laboral, es cada vez más frecuente que los adultos jóvenes vivan con sus padres hasta bien entrada la veintena. Si tu hija sigue viviendo contigo, trátala como a un adulto, pero déjale claro que tiene que seguir ciertas reglas básicas. Aunque técnicamente sea mayor de edad, sigue siendo menor de 21 años y debe cumplir las leyes vigentes sobre el consumo de alcohol, el juego u otras actividades prohibidas.

Dígale lo que le parece bien y pídale que respete sus deseos si quiere quedarse en la casa. Establezca también unas expectativas claras sobre cómo tiene que contribuir al hogar, ya sea pagando una pequeña cantidad de alquiler o ayudando en las tareas domésticas.

Cómo afrontar los conflictos

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A los 20 años tu hija es adulta, pero puede seguir arrastrando algunas de las actitudes o angustias que vivió en la adolescencia.

Muchos adultos jóvenes todavía se pelean con sus padres, así que prepárese para el conflicto, especialmente si cuestiona alguna de sus decisiones vitales.

Aunque todavía tiene el instinto de protegerla, a veces tendrá que dar un paso atrás y ofrecerle apoyo en lugar de críticas. En lugar de prohibirle hacer ciertas cosas o insistir en que siga una determinada carrera o camino académico, intente entablar conversaciones adultas con ella y ayúdela a tomar decisiones inteligentes por sí misma.

Ayudar en las luchas

Inevitablemente, la mayoría de las mujeres de 20 años pasan por una cierta cantidad de luchas. Tanto si su hija tiene problemas de pareja, como si se siente perdida en la universidad, tiene dificultades para encontrar un trabajo o se enfrenta a otros problemas, tendrá que estar ahí para apoyarla. Ayúdala a fijar objetivos y a elaborar un plan realista para afrontar sus problemas.

Si sus problemas son económicos y puedes ayudarla, establece expectativas claras sobre lo que esperas en términos de reembolso. Si sus problemas continúan, trate de no juzgarla. Trata a tu hija con compasión y hazle saber que la quieres aunque no siempre puedas resolver sus problemas o sacarla de apuros económicos.

Establecer límites

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Si sientes que tu hija te utiliza como muleta y no se hace responsable de su vida, establece unos límites claros. Hazle saber que tu amor es incondicional y que tu puerta está siempre abierta, pero que a medida que crezca y se convierta en adulta vuestra relación cambiará. Ten en cuenta también que los 20 años son una edad relativamente joven y que es probable que tu hija no haya hecho una transición completa a la edad adulta, especialmente si todavía está en la universidad. No haga sentir a su hija que la abandonará si necesita su ayuda, pero cuanto antes defina sus responsabilidades, antes se independizará y prosperará como adulta.

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