Considere estos escenarios:

  • Madeline ha estado casada con Ron durante siete años, y está teniendo una aventura con Quinton. La química con Quinton es increíble, y él dice que está listo para que Madeline termine su matrimonio y construya una vida con él. Ron es un buen hombre, pero ella se siente a un millón de kilómetros de él. Se siente atascada y sola.
  • Jorge lleva varios meses saliendo con dos chicos: Paul y Erik. Jorge adora la curiosidad intelectual de Paul, y se siente cerca de la familia y la red de amigos de Paul. Sin embargo, Jorge encuentra a Paul socialmente torpe y con «poca energía». Jorge se siente atraído por el espíritu aventurero y la imprevisibilidad de Erik. Al mismo tiempo, a Jorge le preocupa que Erik beba y tenga un historial de problemas en sus relaciones. A Jorge le preocupa que su incapacidad para comprometerse le haga correr el riesgo de perderlos a ambos.
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Estas instantáneas de personas atrapadas en triángulos amorosos están sacadas de situaciones que he visto a lo largo de los años con clientes de terapia, estudiantes y amigos. Aunque las situaciones de Maddie y Jorge son claramente diferentes -una aventura amorosa frente a una cita- hay un hilo conductor: Ambos se encuentran en una encrucijada en sus vidas amorosas, necesitando hacer una difícil elección entre dos parejas.

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Fuente: wavebreakmedia/

Estar atrapado en un triángulo amoroso es doloroso. Sentirse atascado e inseguro de cómo proceder puede crear pensamientos rumiantes y sufrimiento emocional. Y cuanto más tiempo esté atascada una persona, más oportunidades tendrá de comportarse de forma engañosa o de aumentar las posibilidades de perder a ambas parejas. Además, verse a sí mismo comportándose de forma engañosa erosiona su sentido de la propia integridad.

¿Qué debe hacer si se encuentra atrapado en un triángulo amoroso, incapaz de averiguar su próximo movimiento? Como dijo Albert Einstein: «No podemos resolver los problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos». Así que aquí tienes tres preguntas que te pueden ayudar a desatascarte. Estas preguntas te invitan a adoptar una nueva postura frente al triángulo amoroso, y un cambio de perspectiva puede abrir un nuevo camino hacia la comprensión y la claridad.

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1. «¿En qué relación me siento más capaz de aportar mi expresión más plena y sincera de mí mismo?»

Las personas atrapadas en un triángulo amoroso suelen hacer comparaciones lado a lado de sus dos opciones amorosas. Podemos imaginar fácilmente a Madeline y a Jorge haciendo listas de pros y contras, sopesando las cualidades positivas y negativas de cada pareja y tomando una decisión a partir de ahí. No es que este enfoque sea malo o erróneo, pero es limitado, ya que deja una gran variable fuera de la ecuación: tú. Ignora el hecho de que TÚ más YO es igual a NOSOTROS.

Nosotros somos mucho más que conjuntos estáticos y contenidos de rasgos de personalidad y cualidades que se pueden enumerar y comparar. Las relaciones íntimas se forjan en el espacio dinámico entre la pareja. La forma en que uno se «presenta» a la relación cambia la forma en que la otra persona se «presenta» a la relación. Y viceversa. Las parejas íntimas crean danzas de interacción compuestas por una coreografía que afecta profundamente a cada uno de los bailarines. Por lo tanto, una pregunta mucho más valiente es: «¿En qué relación me siento más capaz de aportar mi yo más pleno y completo?». Ésta es una pregunta que invita a la introspección, y la capacidad de introspección -de dirigir la atención hacia el interior para examinar los pensamientos, los sentimientos y las creencias- es esencial para la creación de una relación íntima sana y feliz.

2. «¿Qué me impide elegir?»

Nota la sutil pero significativa diferencia en estas dos formas de formular la misma pregunta:

  • «¿Por qué no puedo elegir?»
  • «¿Qué me impide elegir?»

La primera versión («¿Por qué no puedo elegir?») invita a una explicación («No puedo elegir porque…»), y las explicaciones tienden a implicar una de estas dos cosas: la vergüenza o la culpa.

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  • La vergüenza: «No puedo elegir porque tengo miedo/estúpido/neurótico/egoísta/vago». Genial; ya te sentías atascado. Ahora te sientes atascado y dañado.
  • Culpa: «Tal vez no puedo elegir porque mi atasco demuestra que ninguno de los dos es mi alma gemela»; «no puedo elegir por cómo están actuando»; «no puedo elegir porque la institución del matrimonio es defectuosa»; etc. Señalar con el dedo algún factor externo te mantiene pasivo y sin poder.

La segunda versión de la pregunta («¿Qué me impide elegir?») es lo que la gente del campo de la terapia matrimonial y familiar llama una pregunta de restricción. Las preguntas de restricción invitan a la reflexión y a la curiosidad, abriendo la posibilidad de crecimiento y comprensión. Para las personas atrapadas en un triángulo amoroso, preguntarse qué es lo que le impide tomar una decisión le permite acceder directamente a lo que puede ser el meollo de la cuestión: la recompensa oculta.

Cuando evitamos tomar una decisión, puede ser porque nos estamos ganando una recompensa oculta, y si dirige su atención hacia el interior, puede identificar cuál es su recompensa oculta. Una posible recompensa oculta es que el triángulo amoroso te protege de algo que te asusta. Y cuando se trata del amor, hay muchas cosas que pueden dar miedo: el miedo al desamor, el miedo a la decepción, el miedo al aburrimiento. Esos miedos son legítimos y, al mismo tiempo, limitantes. Aquí hay dos cosas que hay que recordar sobre los miedos:

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  • Cuando nos arriesgamos a enfrentarnos a ellos, cosechamos la recompensa de experimentar nuestra propia resiliencia.
  • Nuestros miedos tienden a provenir de mensajes y experiencias que se remontan a mucho tiempo atrás, normalmente a la infancia, y las herramientas (como los libros y la terapia) pueden ayudarte a superar los viejos miedos para que puedas sentirte fortalecido en el amor.

3. «Si mi mejor amigo estuviera en esta situación y me pidiera orientación, ¿qué le diría?»

Las personas que nos conocen bien pueden hablar con nosotros de una manera que es simultáneamente compasiva y honesta. Pueden amarnos, a la vez que nos invitan a entrar en la mejor versión de nosotros mismos. Pueden ofrecernos su gentileza, al tiempo que insisten en nuestra responsabilidad. Esta tercera pregunta te da la oportunidad de hacer por ti mismo lo que un buen amigo haría por ti, y puede ayudarte a iluminar los próximos pasos que debes dar.

Las relaciones íntimas son complicadas. Están llenas de complejidades e incertidumbres que pueden sacar lo mejor (y lo peor) de nosotros. Si estás atrapado en un triángulo amoroso, estás luchando con las esencias mismas de la atracción, el amor, el compromiso y la integridad. Estas tres preguntas son caminos diseñados para ayudarte a acceder a tu mundo interno y encontrar allí las respuestas que necesitas.

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