Inflamación en las articulacionesLa artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune que provoca la inflamación crónica de las articulaciones. Aunque la inflamación del tejido que rodea las articulaciones y la artritis inflamatoria son rasgos característicos de la artritis reumatoide, la enfermedad también puede causar inflamación y lesiones en otros órganos del cuerpo.

La enfermedad suele comenzar gradualmente con fatiga, rigidez matutina (que dura más de una hora), dolores musculares generalizados, pérdida de apetito y debilidad. Finalmente, aparece el dolor articular. Cuando la articulación no se utiliza durante un tiempo, puede estar caliente, sensible y rígida. Cuando el revestimiento de la articulación (sinovia) se inflama, desprende más líquido y la articulación se hincha. El dolor articular suele sentirse en ambos lados del cuerpo y puede afectar a la muñeca, las rodillas, los codos, los dedos de las manos, los dedos de los pies, el tobillo o el cuello.

Debido a que puede afectar a otros múltiples órganos del cuerpo, la artritis reumatoide se denomina enfermedad sistémica y a veces se llama enfermedad reumatoide &es una enfermedad progresiva que tiene el potencial de causar la destrucción de las articulaciones y la discapacidad funcional.

La artritis reumatoide también puede producir una inflamación difusa en los pulmones, la membrana que rodea el corazón (pericardio), las membranas del pulmón (pleura) y la parte blanca del ojo (esclerótica), así como lesiones nodulares, más comunes en el tejido subcutáneo. Aunque se desconoce la causa de la artritis reumatoide, la autoinmunidad desempeña un papel fundamental tanto en su cronicidad como en su progresión.

En algunos pacientes con artritis reumatoide, la inflamación crónica conduce a la destrucción del cartílago, el hueso y los ligamentos, provocando la deformación de las articulaciones. Los daños en las articulaciones pueden producirse al principio de la enfermedad y ser progresivos. Además, los estudios han demostrado que el daño progresivo de las articulaciones no se correlaciona necesariamente con el grado de dolor, rigidez o inflamación presente en las articulaciones.

La mayoría de las personas con AR experimentan brotes intermitentes de intensa actividad de la enfermedad, llamados brotes. En algunas personas la enfermedad está continuamente activa y empeora con el tiempo. Otras disfrutan de largos periodos de remisión, es decir, sin actividad de la enfermedad ni síntomas. Los síntomas y la evolución de la artritis reumatoide varían de una persona a otra y pueden cambiar a diario.

Alrededor del 1% de la población mundial padece artritis reumatoide, siendo las mujeres tres veces más frecuentes que los hombres. La enfermedad se da en todos los grupos étnicos y en todas las partes del mundo. Es más probable que afecte a personas de 30 a 50 años, pero puede darse en niños, adolescentes y ancianos. Una enfermedad similar que afecta a los jóvenes se conoce como artritis reumatoide juvenil.

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