El fin de semana pasado le preguntaron a mi hijo de cinco años si se lavaba los dientes antes de acostarse. Respondió que sí. Resulta que no estaba siendo honesto. Todavía podía oler los trozos de maíz en su aliento.
Siempre estoy buscando oportunidades para enseñar a mis hijos importantes lecciones de carácter. La vida cotidiana generalmente presenta amplias situaciones para practicar la formación del carácter en el momento. Pero, otro gran recurso que permite a mi familia pensar en las situaciones antes de que sucedan se encuentra en los libros.
Una característica a la que hemos estado prestando mucha atención últimamente es la honestidad: decir la verdad y sincerarse. He aquí algunos libros estupendos que nos han ayudado con estas importantes conversaciones.
Ser honesto puede ser recompensado; eso es lo que aprendemos en La olla vacía, de Demi. El emperador chino ha declarado que la persona que pueda cultivar la flor más hermosa de sus semillas se convertirá en su sucesor. Aunque Ping cuida su semilla con diligencia, ésta no crece, pero de todos modos presenta su maceta vacía al emperador. La honestidad de Ping es recompensada cuando el emperador lo nombra sucesor del trono.
En Harriet y el jardín, de Nancy Carlson, aprendemos a no huir de una situación sólo para evitar decir la verdad. Harriet está jugando a la pelota cuando se cae en un parche de flores premiado. Sale corriendo sin decírselo a nadie y más tarde se siente culpable por la decisión que tomó.
En David Gets in Trouble de David Shannon, David tiene problemas para admitir que se equivoca y rápidamente quiere excusarse por sus acciones. Pero antes de irse a dormir, David se confiesa y pide perdón por sus decisiones a su madre. Una buena dosis de humor está servida con el tema subyacente de que es mejor ser honesto y reconocer nuestros errores.
En Ruthie and the (Not So) Teeny Tiny Lie, de Laura Rankin, Ruthie encuentra una cámara y quiere conservarla. Así que le dice a todo el mundo que se la han regalado por su cumpleaños. Pero el peso de la mentira la corroe y decide confesar.
Una bicicleta como la de Sergio, de Maribeth Boelts, es ideal para iniciar una conversación sobre el bien y el mal. Después de encontrar lo que Rubén cree que es un billete de un dólar en el suelo, lo guarda en el bolsillo y se dirige a casa. Pronto descubre que el billete en realidad vale 100 dólares, y debe decidir si comprar la bicicleta que ha estado mirando o ser honesto y devolver el dinero.
Utilice estos libros como trampolín para conversar con su hijo sobre la honestidad y cómo manejar una situación relacionada con la verdad.