El mediodía del 2 de septiembre de 1985, el huracán Elena tocó tierra cerca de Biloxi, MS. Pero no había sido nada de una trayectoria directa. La trayectoria de Elena tenía muchos giros que habían irritado a los pronosticadores y a los gestores de emergencias a lo largo de la costa norte del Golfo.
Elena comenzó como una perturbación en el Atlántico tropical profundo, pero las condiciones hostiles impidieron que se organizara hasta que hubiera alcanzado el Paso de Barlovento entre Hispanola y Cuba. Mientras viajaba hacia el noroeste a lo largo de la costa norte de Cuba, un avión de la NOAA supervisó su lenta organización. Una vez que llegó al Golfo de México, comenzó a fortalecerse en serio convirtiéndose en un huracán a mediados de la mañana del 29. Al día siguiente, la velocidad de avance de Elena había disminuido considerablemente, aunque sus vientos máximos habían aumentado. El huracán inició entonces una inesperada carrera hacia el noreste, dirigiéndose a la zona del Big Bend de Florida. Frenéticamente, los avisos y las alertas se trasladaron a la costa oriental del Golfo. Lentamente, a lo largo del día 31, Elena se fue acercando a Florida.
Después, su avance se detuvo al dar una vuelta en el sentido de las agujas del reloj a sólo 50 millas de Cedar Key, FL. A continuación, retomó un rumbo oeste-noroeste y aceleró hacia la costa del Misisipi. Aunque se debilitó respecto a su pico doce horas antes, Elena llegó a tierra como huracán de categoría tres, trayendo vientos de 115 mph (177 km/h) a Biloxi. Debido a su trayectoria paralela a la costa antes de tocar tierra, se registraron elevadas mareas de tempestad (de hasta 9 pies) desde Florida hasta Luisiana. Elena costó 9 vidas y 1.300 millones de dólares en daños. Pero Elena fue aún más perturbadora en su cambiante trayectoria. Los cambios en las zonas de alerta provocaron lo que hasta ese momento era la mayor evacuación en tiempos de paz en la historia de Estados Unidos.
Las misiones de la División de Investigación de Huracanes sobre Elena midieron la tormenta en cada fase de su historia, y también detallaron los movimientos erráticos de su ojo. Y los trabajos de investigación que surgieron del examen de los datos escritos por los científicos de la HRD son:
Willoughby, H. E., 1990: Gradient Balance in Tropical Cyclones. J. Atmos. Sci., 47, 265-274.
Willoughby, H. E., 1990: Temporal Changes of the Primary Circulation in Tropical Cyclones. J. Atmos. Sci., 47, 242-264.