Los movimientos de tu bebé todavía se basan en un conjunto de actos reflejos, pero esto está empezando a cambiar. A medida que las vías nerviosas se desarrollan, se expanden y maduran, tu bebé adquiere un control cada vez mayor de sus acciones.

Estás en la segunda mitad de tu embarazo y en los meses siguientes tendrás un contacto más regular con una matrona.

Tus citas prenatales serán más frecuentes en la segunda mitad de tu embarazo. Incluso si gozas de buena salud y tu bebé ha sido evaluado exhaustivamente en la ecografía de las 20 semanas, puede ser tranquilizador tener estos controles de salud regulares con la comadrona.

El número de citas que tengas será diferente dependiendo de si es tu primer embarazo y de si has tenido alguna complicación. Si es tu primer embarazo, puedes esperar unas 10 citas, pero si has tenido un bebé antes, puede que sólo tengas siete citas, a menos que haya complicaciones. Como regla general, puede esperar tener citas prenatales a las 25 semanas, 28 semanas, 31 semanas, 34 semanas, 36 semanas, 38 semanas, 40 semanas, y si, su bebé está atrasado, 41 semanas.

Si no es su primer bebé y no hay complicaciones, es posible que no necesite asistir a las citas de las semanas 25, 31 y 40. No obstante, puedes ponerte en contacto con tu matrona si tienes alguna duda. Si esperas gemelos, las citas prenatales serán más frecuentes que en el caso de un embarazo simple, y dependerán del tipo de gemelos que vayas a tener: no idénticos o idénticos. Si son idénticos, la cantidad de cuidados prenatales dependerá de si comparten algún sistema de apoyo.

Cuando la ropa de oficina habitual se te quede pequeña, puede que tengas que replantearte tu vestuario de trabajo. La buena noticia es que, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, en la actualidad existe una gran cantidad de ropa premamá a precios asequibles. A menudo están diseñadas como conjuntos coordinados, lo que facilita su combinación.

Recuerda que llevarás ropa de maternidad durante unos meses, y es fácil aburrirse con las mismas prendas. Si es posible, destina un poco de tu presupuesto de vestuario a comprarte una o dos prendas cada mes. Si estás cansada de tus pantalones negros elásticos, de tu pichi sin mangas y de tu vestido de bata, cómprate una camisa o una chaqueta nuevas y bonitas para darles un poco de vida; puedes llevarlas desabrochadas si es necesario.

No dudes en aceptar prendas de segunda mano; aunque no se ajusten al código de vestimenta de tu oficina, llevarlas en casa te permitirá gastar un poco más en ropa de trabajo. Y no te olvides de los zapatos; si eras una chica de tacones de aguja antes de quedarte embarazada, tendrás que replanteártelo.

La amplia gama de ropa premamá que hay ahora te permite vestirte para multitud de ocasiones. Busca prendas que puedas usar también después del parto.

Articles

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.