Los investigadores -financiados por el Consejo de Investigación Médica (MRC)- de la Universidad de Edimburgo afirman que los resultados explican por qué a algunos veraneantes les resulta tan difícil conseguir un bronceado uniforme en todo el cuerpo.
Los hallazgos, publicados en la revista Experimental Dermatology, muestran que las nalgas son mucho más resistentes a los rayos del sol pero, sorprendentemente, cuando se ponen rojas se broncean menos que otras zonas.
También se descubrió que las personas sin pecas se bronceaban más fácilmente que las que tenían pecas.
El estudio representa la primera vez que se ha cuantificado la profundidad del bronceado de una persona, y no sólo el enrojecimiento de la piel.
Los científicos llevaron a cabo el estudio para tratar de resolver el rompecabezas de por qué los diferentes tipos de cáncer de piel tienden a encontrarse en diferentes partes del cuerpo, dado que todos son causados por la exposición al sol.
El equipo pretendía identificar si esto está relacionado con las variaciones en la forma en que las diferentes partes del cuerpo desarrollan el bronceado.
El equipo analizó la piel de 100 voluntarios, que fueron expuestos a seis dosis de UVB en dos zonas de su cuerpo: la espalda y las nalgas.
Los voluntarios recibieron una inyección para minimizar el flujo de sangre que se produce de forma natural tras la exposición de la piel a la luz solar en las primeras 24 horas.
Los investigadores afirman que este enrojecimiento se confunde a menudo con el inicio del bronceado, pero que en realidad es la señal de la piel de que ha sido dañada.
Después de siete días, se analizó la piel de los voluntarios para averiguar qué color quedaba después de que el enrojecimiento se hubiera apagado.
Este color -reconocido como bronceado- proviene de la producción de melanina de la piel, una defensa que impide que la piel absorba demasiada radiación UVB dañina.
Jonathan Rees, catedrático de Dermatología de la Universidad de Edimburgo, que dirigió el estudio, dijo: «Uno de los verdaderos enigmas del melanoma es por qué el número de tumores difiere tanto según la zona del cuerpo. Nuestro trabajo demuestra que, en cierto sentido, todos estamos formados por distintas unidades de piel, que responden de manera diferente a la luz solar y que pueden ofrecer distintos grados de protección contra los efectos nocivos del sol».